viernes, 3 de mayo de 2013

LOS GAVIRA

FRANCISCO PIÑERO GAVIRA

Se le designó y se le anunció siempre con el segundo apellido y nada tuvo que ver con él Enrique Cano Iribarne "Gavira" --víctima del toreo-- que ostentó el Gavira como apodo. El Gavira que ahora recordamos nació en Carmona (Sevilla) el 17 de noviembre de 1873; el 30 de agosto de 1891 se presentó en Madrid como novillero; toreó mucho en los años siguientes, y el 7 de septiembre de 1895 tomó la alternativa en Murcia de manos de Lagartija, con Mazzantini de testigo y toros de Palha.


Pero al comenzar la temporada de 1896 volvió a ser novillero, y en esta segunda etapa estuvo reputado como el primero de los de su categoría, hasta tal punto, que muchos le auguraban grandes triunfos en cuanto tomase otra vez la alternativa. Pero su carácter, de condición nada pacífica, le ocasiono la muerte a los veinticuatro años, debido a que en la madrugada del 21 de enero de 1898 cayó en la madrileña calle del Príncipe, víctima de un tiro disparado por un agente de Policía. Fue un suceso que apasionó mucho a la gente --sobre todo a los aficionados-- y se dijo que entre víctima y agresor existían resentimientos personales.
ENRIQUE CANO IRIBARNE "GAVIRA"
En una corrida efectuada en Madrid e dia 02 de Julio de 1927, perdió la vida el modesto matador de toros Enrique Cano "Gavira". Componían el cartel de dicho festejo el infortunado espada. Gallito de Zafra y el Andaluz, debiendo recibir éste la confirmación de la alternativa de manos del primero, como así ocurrió y lidiándose ganado de Pérez de la Concha.
Anodina y vulgar había sido la intervención de Gavira en lo que iba de corrida cuando piso la arena el toro tercero, negro, zaino, Saltador de nombre y ostentando en los lomos el número 47. Era grande, con mucha cuerna, bastante astifino y manso de solenmidad. Lo capotearon insistentemente los peones y el propio Gavira, sin lograr que el bicho parase un solo momento, y en vista de ello la presidencia ordenó que se foguease, menester que cumplieron Rufat y Toreri, sobresaliendo éste último.

Andaluz devolvió los trastos a Gavira, y, terminada la ceremonia, y cuando ambos diestros se disponían a estrecharse las manos, hallándose Gavira dando la espalda al sitio donde estaba el toro, se arrancó éste de improviso, y, gracias a las voces del público, corrieron los dos espadas unos metros, y no ocurrió un percance se llevarón a Saltador los peones, y, al fin con el consabido apretón de manos, terminó la devolución de espada y muleta que hizo el nuevo doctor a su padrino.
Gavira saludó a la presidencia y retrocedió, con la montera en la mano, hasta los terrenos del tendido1, parándose frente a la barrera que ocupaba D. José Semprún, hijo a quien brindó la muerte del toro. Fuese a este y aliñó unos cuantos pases y medios pases, entre carreras, sustos y capotazos de los peones. El toro había llegado muy bien a la muleta; pero el diestro, o no le veía, o "O quería hacer otra cosa que lograr cuadrarlo, lo que no consiguió. En vista de ello, y cuando habían transcurrido tres o cuatro minutos del brindis, Gavira, estando el toro adelantado de la mano izquierda, arrancó a matar desde largo, entrando excesivamente despacio por falta de facultades, dejando materialmente muerta la mano izquierda, y agarró un volapié superior, en todo lo alto, a cambio de ser cogido por el Vientre y volteado.

La cornada fué seca y dada con el cuerno derecho en la parte izíquierda del bajo vientre del espada, que se parte herida y se dejó caer en brazos de los asistencias, diciendo: —¡ Me ha matado! Y agarrado con una mano al cuello de un mono sabio y con la otra al hombro de uno de los asistencias que lo llevaban en brazos a la enfermería, pasó Gavira por el callejón, frente al tendido 2; antes de pasar frente al 3 cayeron inermes los brazos del infortunado torero, y su cabeza se abatió sobre el lado derecho. En aquel preciso momento debió fallecer. Saltador, a los pocos segundos, rodaba hecho una pelo Y cuando el desventurado lidiador llegó a la enfermería, era ya cadáver.

He aquí el parte facultativo: "Durante la lidia del tercer toro ha ingresado en esta enfermería el cadáver del diestro Enrique Cano (Gavira), que presenta una herida por asta de toro sn la fosa ilíaca izquierda. El fallecimiento fué debido a shock traumático.—Doctor Segovia.

Gavira era natural de Cartargena, donde nació el año 1895, y después del calvario consiguiente para darse a conocer como lidiador, logró debutar en Madrid el 7 de de marzo de 1915, alternando con Algabeño II y Corcito y matando reses de Félix Gópiez. Transcurrieron ocho años, durante los cuales no logró escalar un alto puesto en la novillería, pues aunque tenía aciertos de estoqueador, era frío y no entusiasmaba a los públicos. Tomó la alternativa en Cartagena el 22 de abril de 1923, de manos de Villalta, con toros de Pablo Romero. La confirrnó luego en Madrid el día 17 de Junio del mismo año, toreando ese día con Paco Madrid y Saleri, y mató aguantando al toro en. que confirmó la alternativa, que era un bicho de Bañuelos. El infortunado Gavira II ( El primer Gavira fué Francisco Piñeiro, diestro que después de tomar la alternativa renunció a ella para seguir de novillero y que murió de un tiro en las calles de Madrid una noche del mes de Enero de 1898.) debutó en Barcelona el 21 de Junio de 1914, en la plaza del Sport (hoy Monumental), con toros de Conradi y alternando con Algabeño II y Tello. Toreó doce novilladas más, estoqueando 24 toros. Aquí sólo toreó dos corridas y en las Arenas: el 1.° de noviembre de 1925, con Torquito y Fortuna, matando un toro de Sotomayor y otro de Félix Gómez, y el 10 de octubre de 1926, con Larita y Valencia, despachando dos toros de Miura. La corrida en que halló la muerte Enrique Cano era la primera que toreaba en la temporada.

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