miércoles, 22 de mayo de 2013

EL MARINO


Francisco Palomares del Pino, Llamado El “Marino”nació en Sevilla en 1874. Capitán de corbeta, torero, coleccionista, poeta, humorista, autor teatral, voluntario en la Guerra Europea de 1914(Medalla Militar en Verdún, Legión de Honor en Iprés), Hijo del Fundador en Sevilla de la Iglesia Española Reformada Episcopal, fue uno de los tipos más humanos y populares de su tiempo. Los sevillanos y su alcalde Conde de Halcón, los malagueños, los madrileños, Lerroux, Azaña, Alfonso XIII y gentes de todos sus puertos que tocó su corbeta, gozaron con el ingenio de este andaluz desbordante. “Toda mi fortuna me la he gastado en reírme” confeso a E.Zamacois.
Pero no tratamos de un superficial; por Real Orden del 17-XII-1922, le fue concedida la Cruz de Beneficencia y fundó en Sevilla el periódico “El País”del Partido Republicano Federal. Su talante liberal y el éxito de sus diecinueve obras teatrales (quedan 6 inéditas) llevaron al teatro sevillano del Duque al mismo Rey para asistir al estreno de Sangre Española, “zarzuela en homenaje al ejercito que ha luchado en África”. El monarca lo llamo al palco: “Y tras este triunfo como autor, ¿Qué va a hacer? Palomares respondió: “Yo, por ahora, pensaba hacerme un traje en El Águila”. Cuenta Risquel (“Dígame”) que Alfonso XIII rió la respuesta y…se sorprendió cuando el dramaturgo se llevo su chistera por error. Una vez devuelta, recibió el regio regalo de una pitillera de plata. Palomares persistió en un republicanismo respetuoso.
En Septiembre de 1912, “el valiente Palomares- que debuta en Vista Alegre después de cruzar los mares” 
(que cantaban los sevillanos que a Madrid se trasladaron para verlo), de manos de Corchaito, tomó la alternativa, y el 5 de Julio de 1914, en cartel con Lagartijo Chico y también Corchaito, torea la primera corrida nocturna inaugurando “la magnifica iluminación eléctrica” en la Plaza de la Maestranza sevillana. Como el riesgo del marino y del torero eran una pieza con su sentido del humor, Palomares mismo hizo la crónica de su alternativa con unos versos que recrean la “Canción del pirata” de Espronceda: Ello fue en “A, C y T, revista mundial de primera necesidad” que era la delicia de la Sevilla de comienzos de siglo y que él fundó.
El periodista Núñez de Herrera- “Estampas de Sevilla”-, describe la casa de Palomares en la calle Castellar como un mundo increíble en el que el señorío del arte se alía con la sorpresa del esperpento y el humor. Antiguas armas, mosaicos romanos, yolas, patines de flotación, condecoraciones y diplomas, un pendón del Santo Oficio, sellos y grillos carcelarios de la Inquisición, pergaminos, ediciones curiosas, un tomo de la primera edición de “Las siete partidas”, tablas del siglo XVI, motores extraños… Y él, en la puerta, con su sombrero de ala ancha diciendo:- ¡Pasa hermano, estás en tu casa! Desde esta casa se llegaba al despacho del alcalde Halcón: “Vengo a que me diga usía si, entre los guardias al servicio de usía, hay alguno que quiera suicidarse”. El Conde conocía a “El Marino”: ¿Qué diablura nueva se te ha ocurrido Palomares? “Necesito un guardia cansado de la vida por cobrar esa miseria que les damos. He inventado un aparato para volar, quiero un piloto que lo ensaye”. Aquel pretendido invento, descrito por él como basado en el vuelo de las aves volátiles, no del “Ave María, que solo reza”, jamás existió, sino para alegría de los amigos, Se llamó el “micoplano”. Pero el empeño más bello de su vida fue la “Escuela Náutica Flotante, de su barco “Príncipe de Asturias” que él compró y consiguió fuera realmente tal escuela de singladuras famosas, con tripulantes y alumnos perfectamente disciplinados que el capitán Palomares preparó en Náutica. Enfermo, arruinado y empecinado en su risa, “El Marino” terminó su vida en 1941.
Trascrito de la Enciclopedia de Andalucia.
Canción del pirata


Con un matador por banda,
viento en popa y a dos velas,
El circo de las Plazuelas
Cruza Frasquito juncal.
man
Allá en Sevilla el Marino,
Y a jugársela vino
Sin percibir un real.

El sol en el cielo brilla,
Y el populacho contento
En la plaza toma asiento
Con gracia

"Sosiega corazón mio,
sin temor,
que no hay bicho de trapío,
sea Coruche, o sea Braganza,
que me estampillen la panza
como yo le de al motor"

He hecho
Bajo el techo del ingles;
Pero a partir de este instante,
Veré a Moquera anhelante,
De rodillas y a mis pies.

Es mi estoque mi tesoro,
Más si me da por pinchar...
!Me va a durar más un toro
que un abrigo de astracán!

Quedó en la arena hecho cisco,
Francisco;
Después de cruzar los mares,
Palomares,
!Que tan vario es el destino,
Del Marino!


Como la copa de un Pino,
criado en Torrelodones,
Ya no tiene los... riñones,
Palomares el Marino.

Francisco Palomares del Pino.

1 comentario:

  1. Joaquín Muñoz Palomares, heredero en sangre de Francisco Palomares del Pino y de su padre, Francisco Palomares Garcia, gracias y saludos.

    ResponderEliminar