Frascuelo había nacido en Churriana de, la Vega (Granada) el 4 de Octubre de 1843,cuando murió contaba con ochenta y un años, aunque algunos familiares aseguraban que el finado había cumplido los ochenta y cinco.Las biografías consultadas, así como las referentes a su, hermano Salvador, coinciden en que éste vino al mundo el 21 de Diciembre dé 1844, y sabido es que su hermano mayor naciera un año y unos meses antes.
Paco Frascuelo comenzó a asistir a las capeas a los catorce años, y cuatro años después toreaba a las órdenes de Cuchares, y luego a las de Cayetano Sanz. banderillero de número no lo fue hasta que formó en la cuadrilla de su hermano, al tomar, éste la alternativa en el 1867. Dos años mas tarde marchó a Montevideo como media espada, para auxiliar al matador de toros catalán Peroy; sufrió éste un percance, y Paco, Frascuelo actuó, solo, en cuatro Corridas, que le sirvieron para cimentar su fama de estoqueador seguro y habilidoso.
Dé Montevideo pasó a Lima, contratado para 12 corridas en 65.000 pesetas libres, cantidad fantástica en aquellos tiempos. Y allí en Lima, donde su fama fue enorme, demostró el pundonoroso torero que acaba de fallecer, cuál, era su amor a España, y a lo que estaba decidido con tal de que ese amor no fuese por nadie puesto en entredicho.
El Perú sostenía entonces contra España una guerra, que puso de relieve el valor de los españoles y su heroicidad en el Callao, que inmortalizó el nombre de Méndez Ñúñez. El Gobierno de Lima, para allegar recursos con que atender a los grandes gastos que la guerra le ocasionaba, acudió, como sucede en todas partes,,a exigir contribuciones, a inventar nuevos tributos y hasta a, disponer funciones y espectáculos públicos con el fin de destinar sus productos a aquel objeto. Allá, como aquí, hay.algunos que hablan contra las corridas de, toros, poniendo el grito en el cielo; pero cuando se necesita socorrer a los desvalidos y no hay fondos, en lo primero que se piensa es en celebrar corridas de toros para sacar dinero suficiente a cubrir aquellas urgentes atenciones.
Se ordenó, pues,en Lima, una gran corrida de toros extraordinaria, y para tomar parte en ella se contó con el matador Francisco Sánchez. Inútil,fue que se hiciera presente que su carácter de extranjero le libraba de compromisos nacionales. No se le oyó. cuando expuso que él era. español y no podía, sin menoscabo de su honra, contribuír de manera alguna a favorecer intereses que a su nación perjudicaban. . Y con graves amenazas se le hizo con- sentir que su nombre figurase en el cartel de aquella fiesta. Temía Sánchez, más que a las autoridades, a las iras del populacho,sobreexcitado por la pasión pólítica, y preveía que las simpatías que toreando se había conquistado, se iban a trocar en furiosos arrébatos contra su persona. Por otro lado, sin cónsul ni representante alguno español que apoyase sus protestas, ¿a quién acudir? Consintió, pues.
Llega la hora de la corrida; inmenso gentío llena las localidades dé la plaza; acuden las autoridades momentos antes,y, se enteran dé que la cuadrilla -está presente, esperando la señal para salir al redondel, pero que el jefe de la misma, el matador Sánchez, no aparece. Le buscan varios emisarios y no le en cuentran.
Ordena el presidente que sí es hallado se le conduzca entre,bayonetas; corre la voz de que se ha ido al puerto; se dirigen allí en su persecución los más exaltados, y cuando llagan a la playa ven sobre la cubierta del vapor inglés Paytá al joven Sánchez diciendo adiós con el pañuelo. Un verdadero español no podía obrar da otro modo. Llegó felizmente a Panamá, y desde alli en él vapor Emperatriz, arribo a Saint- Nazairé, desde donde se dirigió a Madrid, diciendo que si no hubiese encontrado pasaje en el puerto, y si tampoco le hubiese servido de excusa fingirse enfermo, estaba resuelto a dejarse coger por el primer toro que saliese al circo antes que desplegar. ,el capote trabajando en favor de los contrarios de España. Pasaron cuatro años, durante los cuales trabajó como banderillero, alternando con Pablo, el Cuco y Armilla, y en 1875 fue contratado de nuevo como matador para Montevideo.
Habiendo regresado definitivamente a España, tomó la alternativa de matador en la plaza de Madrid, el día 14 de Octubre de 1877. Desde entonces alternó con todos los principales espadas en las plazas del Reino, esmerándose cada vez más en agradar al público. Era una especialidad en los galleos; toreaba bien de capa y no manejaba mal la maleta. A poco de morir Salvador, abandonó Paco Frascuelo la profesión, estableciendo una escuela taurina en Madrid. Moderno, circo famoso donde perfeccionaron su arte, entre otros espadas de renombre, él gran Gaona y Chiquito de Begoña. Este, que después de pasar unos años en América, acaba de regresar a España, no se olvidó del maestro querido, y frecuentemente acudía a saludarle,, interesándose vivamente estos "días por el curso de la dolencia que acabó con Frascuelo. Falleció el 16 de Diciembre de 1924 en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario